NUEVA YORK._ El mendigo dominicano y sin brazos y con parte de sus piernas amputadas Frankie Martínez quien fue atracado frente a la afamada joyería “Bergdorf Goodman” donde todos los días en su silla de ruedas, pide dinero para sobrevivir con una lata de hojalata, exclamó que “el sueño americano ha terminado”.
NUEVA YORK._ El mendigo dominicano sin brazos, Frankie Martínez, exclama que el Sueño Americano ha terminado después de ser atracado en la Quinta Avenida donde se dedica a pedir por el fugitivo a la derecha. (Fotos J. Messerschmidt / NYPD).
El mendigo dominicano de 40 años de edad reveló que lleva 5 pidiendo en ese mismo lugar y que nunca había tenido problemas con nadie.
Para él, el caos que abruma a Nueva York es incontrolable, especialmente residiendo en El Bronx, uno de los condados más violentos e inseguros de Estados Unidos.
Relató que el ladrón casi lo estranguló mientras estaba sentado en la silla de ruedas, el miércoles de la semana pasada.
"Esta ciudad ya no es lo que era", dijo Martínez. "No hay suficientes policías en las calles. Debería haber más policías patrullando para que podamos sentirnos seguros de nuevo”.
Señaló que no ve un buen futuro para Estados Unidos en este momento. "El sueño americano ha terminado. Todos en este país solo están tratando de ganar dinero como puedan. Es un caos".
Reveló que viaja a la República Dominicana con cierta frecuencia y es muy querido en su punto de mendicidad en la Quinta Avenida.
"El hombre se acercó a mí, me apuntó con el dedo a la garganta y comenzó a asfixiarme", narró.
"Me atacó de repente. Un hombre que compraba un perro caliente (Hot Dog) corrió a ayudarme. Fue entonces cuando el atracador sacó un cuchillo y se fue con mi teléfono.
"Le dije que tomara lo que quisiera, no quiero pelear. El hombre dijo que si yo trataba de hacer algo, me mataría", dijo Martínez.
La policía dijo que el atracador amenazó a Martínez, advirtiéndole que "acabo de salir de la cárcel, te mataré ahora mismo".
Fotos del atracador han sido divulgadas por la policía pidiendo cooperación de la comunidad para tratar de capturar al fugitivo.
"No me siento seguro, me siento muy mal. Tengo miedo. No he podido dormir desde que fui atracado", sostuvo el mendigo.
En la cuadra donde se dedica a pedir Martínez, muchos hablan bien de él calificándolo de ser un hombre muy agradable, siempre sonríe, saluda y tiene buen carácter.
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